Vivimos obsesionados con la última Tecnología, el nuevo ‘software’ milagroso. Este es el antídoto para no caer en la trampa del objeto brillante.
Hablemos del último ingrediente de la fórmula TNT. Es el más sexy, el más caro y, honestamente, el más malentendido de todos: la T de Tecnología.
Hemos caído en una especie de histeria colectiva. Un “Síndrome del Objeto Brillante”. Corremos a comprar Inteligencia Artificial, a implementar el último CRM, a hablar de Blockchain en todas las juntas. Lo hacemos porque la competencia lo hace, porque un gurú lo dijo, porque suena a futuro.
Y en el proceso, llenamos nuestras empresas de herramientas carísimas que nadie usa, que no se conectan entre sí y que, en lugar de solucionar problemas, crean otros nuevos.
Compramos martillos de oro cuando lo que necesitábamos era un destornillador.
La tecnología no es la estrategia
Ahí te va la verdad más incómoda y liberadora de todas: la tecnología no es la solución. Es un acelerador. Un multiplicador.
Piensa en las matemáticas más básicas:
- Si tu talento es un 10, pero tu modelo de negocio es un 0, 10 x 0 = 0.
- Si tu modelo de negocio es un 10, pero tu talento es un 0, 10 x 0 = 0.
La tecnología multiplica el resultado de lo que ya eres. Si tienes un gran talento y un negocio sólido, la tecnología te llevará a la estratósfera. Si tienes un desastre, la tecnología solo te ayudará a estrellarte más rápido y de forma más espectacular.
Por eso la Tecnología es la última letra de TNT. Viene después de que tienes claro tu Talento y tu Negocio.
El CEO de Microsoft, Satya Nadella, tiene un concepto para esto que me parece brillante: la “intensidad tecnológica”. Él dice que las empresas líderes no solo usan la tecnología de otros; la usan como base para construir sus propias capacidades digitales únicas. No son simples consumidores, son creadores.
El filtro de 3 preguntas anti-humo
Antes de firmar el siguiente cheque para comprar el “software del futuro”, detente. Respira. Y pasa esa nueva tecnología por este simple filtro de 3 preguntas:
- ¿A qué parte de mi modelo de Negocio sirve DIRECTAMENTE? Si no puedes responder con claridad qué parte de tu “plano” (adquirir clientes, entregar valor, generar ingresos) va a mejorar, no lo compres. Si la respuesta es “nos hará ver más modernos”, huye.
- ¿Potencia o reemplaza a mi Talento? La mejor tecnología es la que le quita a tu gente el trabajo repetitivo y aburrido para liberar su creatividad. Es la que le da superpoderes. Si la herramienta solo sirve para vigilar o controlar a tu equipo, estás matando tu Eje Humano.
- ¿Puedo medir su impacto real? ¿Cómo sabrás si funcionó? ¿Qué métrica específica se moverá? ¿Menos tiempo en tareas manuales? ¿Más clientes satisfechos? ¿Decisiones más rápidas? Si no puedes definir el “antes” y el “después”, estás comprando humo.
Dejar de perseguir cada objeto brillante y empezar a elegir herramientas con intención estratégica es lo que diferencia a los aficionados de los profesionales.
La tecnología es una palanca. La más potente que ha existido. Pero una palanca sin un punto de apoyo y sin alguien fuerte que la empuje, es solo un pedazo de metal inerte.
➡️ Ahora, mira la última herramienta que compró tu empresa. Con total honestidad… ¿fue una inversión estratégica o cayeron en la trampa del objeto brillante?
La respuesta te dirá si vas por el camino correcto.
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